La infancia temprana es un período clave para el desarrollo cerebral. Durante los primeros años de vida, el cerebro forma millones de conexiones que sentarán las bases del pensamiento, la memoria, el lenguaje y la autorregulación emocional. La buena noticia es que, desde casa, podemos favorecer este desarrollo con pequeñas acciones cotidianas.
No es necesario comprar materiales caros, estudiar un método pedagógico para llevarlo a cabo o preparar actividades durante horas. Hay pequeñas cosas cotidianas que podemos hacer desde casa y son muy positivas para el desarrollo de nuestros/as hijos/as. Tan solo necesitamos TIEMPO, dedicarles ATENCIÓN SIN DISTRACCIONES y enseñarles lo más importante: ENSEÑARLES A VIVIR.
1. Juego libre y multisensorial
El juego libre permite que los niños exploren, creen y resuelvan problemas a su propio ritmo. Cuando incluimos materiales como arena, agua, texturas, pinturas o construcciones, favorecemos el desarrollo de los sentidos, la coordinación y la imaginación. Este tipo de juego estimula zonas del cerebro relacionadas con la planificación, la creatividad y el control emocional.
Nuestros/as hijos/as no necesitan un montón de juguetes, necesitan materiales para crear su propio juego y tiempo para aburrirse. Es necesario que el aburrimiento llame a su cerebro y lo despierte, un/a niño/a aburrido es un/a niño/a que está imaginando cómo divertirse.
Cuando hablamos de juego multisensorial, hablamos de un juego que despierta los sentidos. Pueden explorar texturas haciendo un collar de macarrones o estrellitas de pasta. Pueden explorar sonidos, escuchando música, cantando, bailando, imitando voces de personajes… Pueden explorar visualmente creando entornos de juego, cabañas con mantas alumbradas por una linterna, reorganizando el entorno. Hay tantas formas simples de estimulación sensorial… Déjales que experimenten.
2. Lenguaje durante el juego y la vida diaria
Hablar con los niños mientras realizamos actividades cotidianas como cocinar, ordenar o caminar es una forma natural de enriquecer su vocabulario y comprensión. Las descripciones, preguntas y narraciones que les dirigimos ayudan a desarrollar el lenguaje y las habilidades cognitivas. En el juego, también es clave usar palabras que les ayuden a organizar y entender el espacio, el tiempo y sus emociones.
Por otra parte, leer cuentos juntos, imitando voces y personajes; incluyéndoles en nuestra vida, en las «cosas de mayores». Déjalo que se exprese, inclúyelo en tu vida y háblale mucho.
3. Movimiento y actividad física, vital para el desarrollo
El cuerpo y el cerebro están profundamente conectados. Bailar, correr, saltar o incluso hacer estiramientos son actividades que no solo benefician la salud física, sino también la atención, la memoria y la capacidad de concentración. Además, ayudan a reducir el estrés y favorecen el bienestar emocional.
No hace falta que tu hijo practique ningún deporte, si no le gusta. Ahora hay infinidad de actividades para niños, como escalada en rocódromo o colcohonetas, piscina de bolas. Pero el simple hecho de ir al parque diariamente es una fuente inagotable de actividad física, movimiento y relaciones sociales.
4. Juegos de construcción y rompecabezas
Construir con bloques, resolver puzzles o diseñar estructuras desarrolla el razonamiento lógico, la percepción espacial y la planificación. Son actividades que estimulan el pensamiento matemático y ayudan a que los niños aprendan a organizar ideas, anticiparse a problemas y tomar decisiones.
No hacen falta grandes juguetes para estimular esto. Cualquier material, como cajas de cartón, palos, piedras, puede ser bueno para construir.
5. Música, ritmo y desarrollo de la expresión artística
Cantar, tocar instrumentos simples, seguir ritmos con las manos o bailar al compás de una canción estimula varias áreas cerebrales al mismo tiempo. Estas actividades mejoran la atención, el lenguaje y la coordinación, además de ser una vía excelente para expresar emociones y conectar con los demás.
6. Actividades cotidianas con responsabilidad
Pedir a los niños que colaboren en tareas del hogar como ordenar, regar las plantas o preparar la mesa tiene múltiples beneficios. No solo desarrollan su autonomía y sentido de la responsabilidad, sino también habilidades como la organización, la memoria y la autorregulación.
Recomendaciones prácticas
Estrategia | Ejemplos desde casa |
---|---|
Juego libre multisensorial | Cajas sensoriales, arena, agua, texturas, pinturas |
Lenguaje en la rutina | Hablar mientras se cocina, se ordena o se juega |
Movimiento | Bailes, juegos de persecución, yoga infantil, caminatas |
Construcción y resolución | Bloques, legos, puzzles, estructuras de cartón o madera |
Música y expresión artística | Cantar, tocar instrumentos, improvisar con objetos |
Tareas domésticas | Poner la mesa, clasificar ropa, regar plantas, ordenar |
Conclusión
Estimular el cerebro de los niños no requiere materiales sofisticados ni rutinas rígidas. Lo más valioso es ofrecerles tiempo, atención y oportunidades para explorar, pensar, sentir y expresarse en un entorno seguro y afectivo. Cada pequeño gesto cuenta, y la familia tiene un papel esencial en este proceso de crecimiento y desarrollo.
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