Promover el hábito lector desde el nacimiento: qué dice la ciencia y qué materiales utilizar
Fomentar el gusto por la lectura no empieza cuando el niño aprende a leer, sino desde el nacimiento. Numerosos estudios en neurociencia y psicología del desarrollo demuestran que la exposición temprana a los libros y al lenguaje narrativo tiene efectos duraderos sobre el desarrollo cognitivo, emocional y lingüístico.
¿Por qué empezar tan pronto?
Durante los primeros años de vida, el cerebro del bebé atraviesa un periodo de enorme plasticidad. Escuchar la voz de los adultos, observar imágenes y manipular libros estimula las conexiones neuronales relacionadas con:
- La comprensión del lenguaje.
- La memoria auditiva y visual.
- La atención conjunta (la capacidad de mirar y compartir un foco de interés con el adulto).
- El vínculo afectivo entre quien lee y el bebé.
La Academia Americana de Pediatría (AAP, 2014) recomienda leer a los niños desde los primeros meses de vida, como una forma de enriquecer su entorno lingüístico y emocional. Leer juntos no solo mejora la capacidad de comunicación, sino que también refuerza la relación afectiva y la sensación de seguridad.
Libros para cada etapa: materiales que acompañan el desarrollo
0 a 12 meses: descubrir con los sentidos
En esta etapa, el objetivo no es “leer” en el sentido convencional, sino explorar y asociar el libro con placer y curiosidad.
🔹 Quiet books o libros sensoriales: elaborados con telas, texturas, cintas o velcro. Permiten manipular, tocar y experimentar. A la vez que el/la niño/a aprende nuevos conocimientos y habilidades, pasar las hojas de su libro sensorial y jugar con él, estimulan que el/la niño/a asocie los libros con el juego.
🔹 Libros de tela o de baño: resistentes y lavables, ideales para morder, apretar y descubrir en momentos relajantes, como la comida o el baño.
🔹 Cuentos con ritmo y rima: favorecen la musicalidad del lenguaje y ayudan a que el bebé reconozca patrones sonoros. Además, estimula la conciencia fonológica, tan importante en el desarrollo futuro de la lectura.
💡 Consejo: leer con voz calmada, variar la entonación y acompañar las palabras con gestos o miradas refuerza la conexión emocional.
1 a 3 años: el libro como juego y descubrimiento
A esta edad, los niños comienzan a disfrutar de libros con movimiento y sorpresa.
🔹 Libros desplegables o pop-up: como los de Editorial Combel, captan la atención y convierten la lectura en una experiencia visual y táctil.
🔹 Libros con solapas o mecanismos: invitan a la participación activa (“¿Quién se esconde aquí?”), fortaleciendo la anticipación y la memoria. Estimulan la motivación y funciones cognitivas como la atención.
🔹 Cuentos breves con imágenes grandes y coloridas: favorecen la comprensión y el vocabulario.
💬 Leer no debe ser una tarea, sino un momento compartido de juego, afecto y lenguaje.
3 a 6 años: primeras narraciones y autonomía
En esta etapa, los niños ya pueden seguir tramas más complejas y disfrutan repitiendo sus cuentos favoritos.
🔹 Cuentos con estructura predecible: ayudan a interiorizar la secuencia narrativa.
🔹 Libros ilustrados con texto breve: fortalecen la comprensión lectora y la expresión oral.
🔹 Bibliotecas infantiles o rincones de lectura en casa: un pequeño espacio acogedor con libros accesibles promueve la autonomía lectora.
💡 Un niño que elige su propio cuento se siente protagonista de su aprendizaje.
Leer es más que enseñar a leer
Promover el hábito lector desde el nacimiento no tiene que ver con adelantar aprendizajes formales, sino con sembrar una relación positiva con la lectura. Cuando el niño asocia los libros con afecto, atención y disfrute, se construyen las bases para un futuro lector autónomo y motivado.
El objetivo no es que el niño “aprenda letras”, sino que descubra el placer de escuchar, mirar, tocar y compartir historias. Y estas historias pueden ser narraciones, cómics o cuentos compuestos sólo por imágenes.
En resumen: claves para fomentar el hábito lector desde el nacimiento
✅ Leer en voz alta desde los primeros meses.
✅ Ofrecer libros adaptados a la edad y resistentes a la exploración.
✅ Incorporar la lectura en la rutina diaria (antes de dormir, después de comer, etc.).
✅ Convertir la lectura en un momento afectivo y compartido.
✅ Dar ejemplo: los niños que ven leer a los adultos, leen más.
“Los libros que un niño ama con sus padres se convierten en los libros que amará toda la vida.”
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