La infancia es un período de descubrimiento y aprendizaje constante. Cada día, los niños absorben nueva información del mundo que los rodea y la integran en su comprensión del mismo. En este viaje de desarrollo, la anticipación emerge como una habilidad crucial que impulsa el crecimiento cognitivo, emocional y social de los niños.

¿Qué es la anticipación?

La anticipación es la capacidad de prever eventos futuros y prepararse para ellos en consecuencia. Desde una edad temprana, los niños comienzan a desarrollar esta habilidad al observar patrones en su entorno y entender las consecuencias de ciertas acciones. Por ejemplo, un niño puede anticipar que al presionar un botón, se encenderá una luz, o que al abrir un libro, podrá ver imágenes y leer historias.

Desarrollo cognitivo

La anticipación juega un papel fundamental en el desarrollo cognitivo de los niños. Les permite prever y planificar sus acciones, lo que fomenta la resolución de problemas y la toma de decisiones. A medida que los niños anticipan los resultados de sus acciones, desarrollan habilidades de pensamiento crítico y aprenden a evaluar situaciones de manera más efectiva.

Desarrollo emocional

La anticipación también influye en el desarrollo emocional de los niños al ayudarles a regular sus emociones. Cuando los niños pueden prever eventos futuros, se sienten más seguros y preparados para enfrentarlos. Esta capacidad de anticipación les brinda un sentido de control sobre su entorno y reduce la ansiedad asociada con lo desconocido.

Desarrollo social

En el ámbito social, la anticipación permite a los niños comprender las expectativas sociales y adaptarse a diferentes situaciones sociales. Al anticipar las reacciones de los demás y prever cómo se desarrollarán las interacciones, los niños pueden ajustar su comportamiento para comunicarse de manera más efectiva y establecer relaciones positivas con sus compañeros.

Fomentando la anticipación en los niños.

Los padres y cuidadores desempeñan un papel fundamental en el fomento de la anticipación en los niños. Hay varias formas en que pueden apoyar el desarrollo de esta habilidad:

  1. Proporcionar experiencias variadas: Exponer a los niños a una amplia gama de experiencias les permite observar diferentes patrones y desarrollar una comprensión más sólida del mundo que los rodea. De esta manera nuestros/as hijos/as experimentan nuevas situaciones y desarrollan su flexibilidad cognitiva, que más adelante les ayudará a resolver problemas y conflictos de la vida diaria y anticipar las consecuencias de una amplia variedad de situaciones.
  2. Hacer preguntas reflexivas: Animar a los niños a pensar en el futuro y hacer preguntas como «¿Qué crees que sucederá si…?» fomenta la reflexión y la anticipación y el conocimiento del mundo que les rodea, así como la adaptabilidad al entorno.
  3. Jugar juegos de simulación: Juegos como el juego simbólico, donde los niños asumen roles y escenarios imaginarios, les permite practicar la anticipación y la planificación de acciones. También desarrolla habilidades como la empatía, que es una forma de conectar con los demás y anticiparse a cómo se sienten y actúan ante diferentes situaciones.
  4. Modelar la anticipación: Los padres pueden servir como modelos de comportamiento al demostrar cómo anticipar eventos y tomar decisiones basadas en esas anticipaciones. No debemos de olvidar que los/as niños/as aprenden, en gran medida, por imitación conductas de los adultos.

Como vemos, la anticipación es una habilidad vital que impulsa el desarrollo infantil en múltiples áreas. Al fomentar esta habilidad desde una edad temprana, los padres y cuidadores pueden equipar a los/as niños/as con las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos del mundo con confianza y seguridad, reduciendo su ansiedad en determinadas situaciones y/o contextos desconocidos para ellos/as y les ayudará a enfrentarse a una novedad o cambio.

Anticipación y conducta.

La anticipación es clave para regular la conducta del/la niño/a, pues en la medida en que sabe lo que va a ocurrir, puede anticipar también su respuesta y autorregular su conducta e inhibir conductas inadecuadas.

Cuando el/la niño/a presenta un comportamiento disruptivo consolidado es complicado corregir este comportamiento, pero lo que sí podemos hacer es ayudarle a desarrollar una conducta deseable a través de rutinas, hábitos y la anticipación de eventos que rompen estas rutinas.

Tal es así que, cuando un/a niño/a tiene numerosas rabietas, se recomienda anticipar al/la niño/a lo que vamos a hacer para evitar dichas rabietas. Por ejemplo: vamos al supermercado a comprar y sabemos que cuando el/la niño/a ve un determinado producto y no se lo compramos se va a enfadar y va a coger una rabieta; podemos anticiparlo diciéndole que vamos al supermercado y sólo vamos a coger ABC, luego pagaremos y volveremos a casa con ABC.

Hemos de tener en cuenta que la anticipación ha de ser una secuenciación porque los/as niños/as más pequeños no tienen noción del tiempo. No podemos decirles: «en 5 minutos nos vamos a casa»; sería mejor decirles que acabe de jugar a lo que está jugando o se tire por el tobogán 5 veces y nos vamos a casa, por ejemplo.

Cuando los/as niños/as siguen una rutina, es más sencillo evitar las discusiones por que hagan determinadas cosas como vestirse, lavarse los dientes, etc. Cuando los niños son muy pequeño, podemos realizar estas rutinas como un juego y ahí entra nuestro panel de anticipación.

Panel de anticipación.

Este panel nos permite anticipar las actividades que vamos a realizar, estableciendo rutinas, ayudando a la adquisición de hábitos o anticipando aquellos acontecimientos que rompen la rutina habitual.

También es útil para anticiparse a conductas disruptivas o rabietas, pues anticipando lo que va a ocurrir se pueden evitar buena parte de ellas. Así como pactar las actividades a realizar con nuestros/as hijos/as, evitando conductas disruptivas y conflictos.

El panel es muy sencillo de utilizar y se utiliza de forma gráfica. Tan sólo hemos de poner en orden las actividades a realizar e ir tachando aquellas que vamos realizando, de manera que el /la niño/a tiene una concepción del tiempo que queda para realizar la siguiente actividad o acción.

Puedes hacerte con nuestro panel AQUÍ o realizar el tuyo propio, personalizado.

Cosas a tener en cuenta si lo realizas tú mismo/a

Si optas por la personalización es preferible utilizar imágenes que representen un concepto a utilizar fotos, sobre todo en casos en los que se presente rigidez mental, porque pueden entender que la actividad tiene que ser exactamente esa y en ese lugar, sin modificación.

Si plastificas el material podrás reutilizarlo durante bastante tiempo y lo ideal es pegar velcros para que las imágenes queden pegadas en su casilla. Además, la plastificación facilita el tachado con rotulador y posterior borrado con agua y jabón.

Personalizar tu panel te permitirá incluir las actividades que necesitas o que sueles realizar. No obstante, en el nuestro hay algunas casillas en blanco para que dibujéis otras actividades. Esta puede ser una actividad divertida con tu hijo/a.

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